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martes, 4 de diciembre de 2012

Una presa hidroeléctrica,en Brasil,será la sentencia de muerte para los pueblos indígenas


El Jefe de los Kayapó desolado tras la aprobación
de la contrucción de la presa
Hace unos meses la presidenta de Brasil Dilma Rousseff daba su visto bueno para la construcción de una planta hidroeléctrica, la represa de Belo Monte que se está construyendo en el río Xingú, en el estado de Pará, y que una vez finalizado el proyecto, la obra se convertirá en la segunda mayor hidroeléctrica de Brasil, después Itaipú, y la tercera del mundo detrás de Tres Gargantas, en China.
Hasta aquí podríamos decir que esto es el fruto de desarrollo y desde fuera podemos incluso pensar de que se trata de una buena noticia.
Pero cuando ves todas las nefastas consecuencias que conlleva la construcción de esta presa, te paras a pensar que hasta donde somos capaces de llegar la raza humana para lograr un beneficio propio, dejando de lado, la salud del planeta, de la biosfera y de los habitantes del mismo sean humanos o del resto de especies que poblamos la Tierra.

En el territorio donde se está realizando dicha presa viven, desde que el hombre es hombre, el pueblo indígena de los Kayapó, los cuales ya han sido sacados, con violencia, de sus tierras, a pesar de las más de 600.000 firmas recogidas para frenar esta obra faraónica. Por lo tanto, se está procediendo a la sentencia de muerte para la gente de la gran curva del río Xingu. Un total de 400.000 hectáreas de bosque será inundado y 40.000 personas de las comunidades indígenas y locales están siendo desahuciadas,sin olvidarnos que el hábitat de muchas especies animales y vegetales, serán destruidos para siempre.
 Desde que salió aprobada esta sentencia, los propios indígenas se movilizaron en varios actos de protestas y contaron con muchos apoyos, tanto dentro como fuera del país, también algunos famosos, como el cantante Sting o el director de cine James Cameron se unieron a la causa.
 También organizaciones medioambientales y de derechos humanos, entre ellas Survival International, han advertido que la presa de Belo Monte destruirá una extensa área de tierra, desecaría partes del río Xingú, mermará la selva y reduciría las reservas de peces imprescindibles para la supervivencia de distintos pueblos indígenas de la zona, como los Kayapó (uno de los más afectados) y a otros como los Arara, Juruna, Araweté, Xikrin, Asurini y Parakanã.

Imagen del desalojo de los Kayapó

A todo este desastre hay que añadir, que algunos expertos ya avisan que para que esta presa tenga un buen funcionamiento debería contar con otras represas, para garantizar un año de flujo circulante de agua, lo que significaría la inundación de más bosques, y más daños a la selva del Amazonas.
Otro serio problema que podemos encontrar sería que la llegada de personas ajenas a un tramo de selva virgen podría llevar consigo el contagio de enfermedades extrañas para  los indígenas ya que muchos de estos jamás han tenido contacto con el exterior.

Este proyecto está propuesto desde la década de los 80, pero la persistencia de pescadores e indígenas de la zona siempre pospuso el arranque de la construcción, pero finalmente desde Octubre de 2011 a nuestros días casi nada ha podido frenar a las máquinas de construcción, ni las protestas, ni los intentos de sabotaje de los propios y legítimos propietarios de esas tierras.
El pueblo Kayapó ya envió una carta al anterior presidente, Lula da Silva, donde proclamaban lo siguiente, “No queremos que esta presa destruya los ecosistemas y la biodiversidad que nosotros hemos cuidado durante milenios, y que aún podemos preservar”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos, pidió a Brasil que suspenda la construcción y que consulte a los pueblos indígenas afectados por las obras. La petición no fue escuchada.
También tenemos que recordar que La tribu Kayapó y los U’wa de Colombia son ganadores del Premio Príncipe de Asturias por tener un entorno maravilloso, por su cuidado de la Tierra, por su respeto al ecosistema, por ser guardianes del Planeta para las generaciones futuras.

A pesar de todo esto, parece que el gobierno brasileño no quiere ceder un ápice sobre el levantamiento de la presa de Belo Monte, ya que supongo que para ellos será más importante llenar sus bolsillos que acabar con las vidas de un pueblo y de un entorno que llevan en este planeta desde su nacimiento.

Jesús M. Moreno


2 comentarios:

  1. La maldita codicia, el egoismo, la mala conciencia hace compradores y vendedores de lo que no les corresponde, los bienes del estado es de todos no de unos pocos,, EL HUMANO DESTRUYE LO HERMOSO, LO BUENO, LO PRIMORDIAL.... POR DINERO NADAMAS. PENSE QUE LAS MUJERES TENIAN MAS SENSIBILIDAD HUMANA.

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  2. MALDITOS CAPITALISTAS E INVERSIONESTAS NO LES INPORTA LA DIGNIDAD HUMANA Y EL PRIMER PUNTO DE LOS DERECHOS HUMANOS QUE TODOS TENEMOS DERECHOS A LA VIDA Y A SER LIBRES...HIJOS DE PUTA MAL NACIDOS ESCORIA DE ESTE MUNDO

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