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Alfredo Landa |
Se me hace complicado escribir estas líneas, ya que hoy nos dejaba unos de
los mejores actores del cine español, un actor que puso nombre a un estilo de
cine, el Landismo, pero que no se quedó ahí, y demostró que igual podía hacernos
reír como meterse en papeles crudos, demostrando que era un artista inigualable.
Alfredo Landa nació en el año 1933 en Pamplona y nos dejaba el día de hoy en
Madrid a los 80 años de edad.
Sus primeros pasos en la interpretación fueron en el teatro, concretamente
en la Universidad de San Sebastián. Un año antes de desplazarse a Madrid, en
1958, realizó un pequeñísimo papel en El puente de la paz (1957). Pero su
primera incursión seria en el cine llegó en el año 1962, de la mano de José
María Forqué, en quizás una de las mejores películas del cine español,
Atraco a las tres, una cinta realmente irrepetible. Y esa fue la primera de una lista de
casi 140 películas y multitud de obras de teatro y series de televisión.
Alfredo Landa durante las décadas de los 60 y los 70 fue el auténtico espejo
del español medio, un hombre bajito, de pelo en pecho e ingenuo para tratar con
las mujeres, a las cuales perseguían como perritos falderos, sobre todo a las suecas. El mismo comentaba
en que muchas de las películas que rodó eran de un guion infame, y que eran los
grandes actores de la época los que sacaban a flote el despropósito y hacían
que las películas fueran mucho mejores de lo que realmente eran.
Fuera de cámara, Don Alfredo era un hombre cabal, que llamaba a las cosas
por su nombre sin importarle que eso pudiera molestar a alguien, cosa que
ocurrió en numerosas ocasiones, pero hay que reconocer, que incluso esos "damnificados"
han sido, a posteriori, los mejores amigos del actor.
En esos años destacan títulos, como
El verdugo,
Nobleza Baturra,
Ninette y un señor de Murcia,
La ciudad no es para mí,
Novios 68, el remake de Recluta
con niño (
Cateto a babor),
Vente a Alemania Pepe,
Manolo la Nuit,
Genaro el de los 14 o
No desearás al vecino del quinto (Uno de los mayores éxitos de
taquillas del cine español).
Pero como decíamos aunque bordaba la comedia, a mediados de los años 70,
Landa pudo demostrar que tenía muchos más registros, y nos hizo ver que estábamos
ante un actor de talla mundial.
En 1976 realizaba la película
El puente, seguramente la primera Road Movie
española. Tras esta primera experiencia lejos de la comedia, Alfredo fue
intercalando títulos más serios, como
El alcalde y la política con otros más
intrascendentales como
Profesor eroticus.
A finales de los 80 comenzó la relación amor odio con José Luis Garci,
primero fue Las verdes praderas y posteriormente
El Crack y
El Crack II, donde
el actor interpretaba a Areta, un detective de los bajos fondos madrileños.
En 1984 llegó seguramente la mejor interpretación del cine español, Alfredo
landa interpretaba a Paco el bajo en
Los santos inocentes, un campesino a las órdenes de los señoritos
del cortijo. Un papel que le valió el galardón, compartido con Paco Rabal, de
mejor actor en el Festival Internacional del Cannes. Como curiosidad, el premio
iba a ser solo para Alfredo, pero la organización prefería dárselo a Paco
Rabal, ya que fuera de nuestras fronteras Landa era un perfecto desconocido,
pero la presión del público del festival hizo que finalmente se repartiera el
premio. Realmete si en lugar de llamarse Alfredo Landa se hubiera llamado Brad
Williams y hubiera nacido en Chicago, estaríamos hablando de una interpretación de Oscar.
A partir de aquí llegaron grandes títulos,
La vaquilla,
El bosque animado
(donde lograba su primer Goya)
Sinatra,
La Marrana (segundo Goya) o El rey del
rio, entre otras muchas. En 2007 se le otorgó el Goya de honor, en el discurso,
el actor sufrió un ictus, siendo esa una de las última s veces que se le vio en
público.
Con Alfredo Landa se nos va uno de los últimos grandes actores de nuestro
cine, pero sobre todo se nos va una persona íntegra, y siempre nos quedaran sus
películas para recordarlo.
Fue un gusto disfrutar de su arte maestro
Jesús M. Moreno